lunes, 4 de junio de 2012

Uno menos




Con la frase de Santiago Tobar: "Toda la vida luchando por llegar a ser uno más y se murió. Uno menos", aquí os dejo el nuevo relato de la iniciativa "Dame, doy, ten y yo lo transformaré"




Siempre supe que no serviría, pero había que intentarlo. Creer en ellos había sido parte de nuestra filosofía ancestral. Tenían capacidades, tenían inteligencia, tenían los recursos. Sólo que lo entendieron mal, muy mal. O como decía el Anciano: "Simplemente se habían escuchado demasiado".

Crecí feliz, rodeado de mis semejantes.
Sintiendo el sol cada día...
Oyendo el río fluir tranquilo a nuestro lado...
Oliendo las flores que crecían poblando los campos...
Viendo los insectos que recorrían nuestras extremidades...
Dando cobijo a los mamíferos que poblaban los alrededores...
El momento era el atardecer, cuando el cielo te ofrecía  todo tipo de matices, todo tipo de preciosidades.

Dábamos abrigo, vida, comida. Creíamos que era nuestra labor y lo aceptábamos con gusto. Estábamos en este mundo para ofrecer lo mejor de nosotros y luchábamos por dar ese ejemplo que tanto hacía falta.

Pero cuando todo cambió nos dimos cuenta de que no había vuelta atrás.
Llegaron invadiendo el bosque, con sus máquinas, sus instrumentos destructores, su ansia de poder, aquellas cifras reflejadas en sus ojos... Cortaron nuestras ramas, nuestras hojas, nuestros troncos. No se dieron cuenta de que haciendo eso se destruían a ellos mismos. Habían tomado el camino equivocado, como llevaban haciendo varios siglos atrás.

Así que me convertí en uno más. Habíamos luchado todos esos años para nada.

¿Cuántos más de nosotros, en la forma que fuera, harían falta para que se dieran cuenta de que todo era mucho más sencillo? Sólo tenían que cerrar los ojos y sentir. No era tan difícil.




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