jueves, 17 de mayo de 2012

El color de las cosas bonitas


Primer relato de la Iniciativa "Dame, doy, ten y yo lo transformaré".
(Foto realizada en Mozambique por José Luis Trueno)




El color de las cosas bonitas...

Cuando me di cuenta de que lo que recorría mi brazo era una gota de sudor, respiré aliviada.
Había tenido tanto pavor a aquel sol tan agobiante del que todos hablaban, a los bichos, a las enfermedades...que no podía concentrarme en nada más. Bebí agua, me protegí con una gorra, me di repelente, llevé pastillas con vitaminas y activé todas las aplicaciones de mi teléfono móvil, por si acaso.

Había viajado a África. Un safari, una visita a algún pueblo remoto, caminatas por la naturaleza frondosa, fotos con personas que luego podía enseñar con orgullo diciendo: "He estado allí". Sólo tenía que intentar evitar la visión de los bichos recorriéndome el cuerpo mientras dormía y volvería a casa con una nueva aventura que contar.

Pero eso no fue lo que sucedió. Algo entre mi estómago y mi corazón se estancó.

Caminando hacia uno de los poblados vi a aquel niño que se nos acercaba con un paraguas rosa. Observé sus pies desnudos, sus bermudas medio rotas, su sonrisa intensa, el paño que recorría su cuerpo sujetando al bebe que llevaba a su espalda, el paraguas que los protegía del sol sofocante...
Sacó de su boca el palo que mascaba y me ofreció su mano al pasar. Por primera vez en aquel viaje tendí la mano a un africano sin sentir asco, incomodidad o lástima. Acaricié al bebe que llevaba a su espalda y creí entender algo más de lo que aquel velo que cubría mis occidentales ojos me había permitido ver hasta el momento.

Le dije al guía que le preguntara a donde iba.
- Al médico con su hermanito que se ha puesto malo.- me dijo.
Y el chico siguió su paso mientras volvía a mascar el palo tranquilamente.

Había visto estas escenas muchas veces en la tele, en exposiciones de fotos, en documentales... pero nunca las había tocado.

Que poco hace falta a veces para cambiar el rumbo de una vida.
Que perfecta sintonía de sentidos convierte una imagen en un futuro.

Tengo esa imagen grabada en mi mente.
Nunca he vuelto a enseñar imágenes victoriosa, sino todo lo contrario. Derrumbada por las realidad injustas. Ahora sujeto esas manos cada día en el centro de inmigrantes donde trabajo.
Las cosas bonitas cambiaron mi rumbo de vida. Ojala todos puedas irse de safari a África y sean capaces de verlas.



(por todos aquellos que todavía creen que otro mundo es posible)

4 comentarios:

  1. Bellísimo. Gracias, Liyu

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  2. Es todo un honor tener un relato tuyo de esta foto que hice por casualidad, pero así son las cosas, por pequeñas que sean pueden cambiar el rumbo de vidas, muy bonito señorita Liyu

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    1. Y más los rostros africanos! Un placer crear una historia de tu foto Trueno!!

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