
La proyectaron ayer por la tarde. Así que tomé prestado el libro de la Biblioteca y mientras la lluvia mojaba las calles de la ciudad, mi trayecto en autobús hasta la proyección estuvo impregnado del encantador humor de la autora, que desde el primer momento te hace levantar las cejas y asomar una media sonrisa mientras pasas las páginas. Me bajé en la última parada y esperé ansiosa a que empezara la película. Y como no podía ser de otra forma, me encantó.
Por la noche dejé la luz encendida hasta que terminé el libro, y cuando volví la última página, lo agarré y disfruté de ese emocionante momento que todo lector experimenta cuando termina una historia que sabe que se le va a quedar grabada para siempre.
He leído que muchos se quejan de que las cartas tratan en exceso los detalles estéticos de los libros que poco interesan al lector, pero mi réplica a todos esos comentarios es sencilla: Es la vida, y ver retratado ese amor tan meticuloso por estos objetos a mí me produce todo lo contrario: Una admiración infinita.
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Helene Hanff |
La historia es real, las cartas son reales, y los personajes también. La autora recoge en este libro la correspondencia que mantuvo con un empleado de una librería londinense al que encargaba ejemplares particulares que no podía encontrar en su país natal.
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Frank Doel, su mujer Nora y sus hijas |
Helene Hanff nació en 1916 y vivió en Nueva York escribiendo obras de teatro que a pocos interesaban hasta que tras varios años se convirtió en guionista de la televisión americana. Nunca fue una escritora con un éxito reconocido, y murió sin dinero en una residencia de ancianos. Pero por el camino escribió este maravilloso libro que le aportó grandes alegrías "Lo que me ha sucedido en estos últimos diez años es increíble, !Admiradores del mundo entero me consideran una amiga! En Londres, por las cartas que escribí, ¡han colocado, en el emplazamiento de la librería, una placa de cobre con mi nombre! Sigo pensando que soy una escritora sin cultura ni demasiado talento, pero a pesar de todo ¡me han dedicado una placa de un muro de Londres! ¿Quién se atrevería a imaginar una historia así?"
Debido a su admiración por los libros, sus ediciones y encuadernaciones, comenzó una correspondencia con la librería Marks & CO que duró casi veinte años, y que casi por casualidad se publicó años después. Ha sido una suerte encontrarlo, aunque me cuesta creer que no lo haya descubierto antes. Sobre todo porque hay algo de la protagonista que me engancha y me enreda. Quizá es que me recuerde a algo de mi misma.



En formato de cartas, nos desvela una pasión que también es la mía. Y como día de las casualidades, al llegar a casa tenía una carta esperándome, de un amigo que también adora este género. Alegría por partida doble.
Pero las casualidades no terminan aquí. Como tres es el número mágico, la tercera fue cuando el organizador contó a la sala que justo ayer, 13 de febrero, se cumplían 30 años del estreno de la película 84 Charing Cross Road en Nueva York. Y los espectadores que allí estábamos celebramos el aniversario viéndola de nuevo. ¡Todo un placer!
Así que puedo decir que tengo un libro más en mi lista de los buenos. Y que las casualidades existen y se encuentran a la vuelta de la esquina!
Así que puedo decir que tengo un libro más en mi lista de los buenos. Y que las casualidades existen y se encuentran a la vuelta de la esquina!